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jueves, 9 de diciembre de 2010

Iglesia de San Ildefonso (Jesuitas Toledo)



La Iglesia de San Ildefonso, también conocida como la de los Jesuitas, sigue la traza del modelo de la iglesia jesuítica del Gesú de Roma y las españolas de Palencia y Alcalá. Se atribuye al maestro mayor de la catedral, Juan Bautista de Monegro, aunque se hizo cargo de la construcción, iniciada en 1629, el hermano jesuita Pedro Sánchez quien probablemente dio una nueva traza que supuso la reforma de la cabecera y fachada. Al morir en 1633 fue sustituido por el hermano Francisco Bautista, quien trazó la barroca y atrevida fachada. En 1669 retomaría la obra el arquitecto toledano Bartolomé Zumbigo. Finalmente, la obra fue culminada en 1765 bajo las órdenes del salmantino José Hernández Sierra, a quien debemos la obra del crucero, cúpula, capilla mayor, ochavo y sacristía.
En nuestro viaje a Toledo, veamos el arte que contiene el templo.

La fachada en piedra tiene un gran ventanal y una sobria decoración con columnas corintias de orden gigante que enmarcan a modo de altar los nichos de los santos de la Compañía.




La advocación de la iglesia a San Ildefonso, obispo toledano del siglo VII se manifiesta en el relieve central de la "imposición de la casulla". Esta escena y las altas torres de ladrillo son la única adecuación al entorno.





La imponente cúpula semiesférica sobresale de lejos, siendo de las alturas que culminan Toledo, junto a la torre de la Catedral y el Alcázar.











Interior del templo












El interior del templo con forma de cruz latina, se forma por una única nave central flanqueada por capillas laterales que se comunican entre sí. La gran cúpula concentra la luz bajo el altar mayor, a fin de contribuir a la exaltación de la Eucaristía.




vista de la cúpula y las pechinas



La capilla mayor se decora con una pintura al fresco que representa el milagro de la Descensión de la Virgen para imponer la casulla a San Ildefonso, enmarcada por arquitecturas fingidas, asemejándose a un enorme retablo, pero siendo todo el conjunto una pintura de los hermanos Luis y Alejandro González Velázquez. Para aumentar la confusión entre lo fingido y lo real, el tabernáculo está desprendido del retablo pintado, aunque colocado a escasa distancia de él, fabricado de auténticos mármoles taraceados. Cuando se está delante de la capilla mayor, uno se pregunta si el tabernáculo también es pintado o forma parte de lo real.






Retablo fingido pintado por los hermanos Luis y Alejandro Velázquez



En el crucero se sitúan dos magníficos retablos procedentes de la desaparecida iglesia de San Juan Bautista. En el lado de la epístola en el crucero, se encuentra el Bautismo de Cristo, pintado en 1702 por Alonso del Arco, mientras que en lado del Evangelio encontramos a San José, tallado por Germán López Mejía, autor también del apostolado repartido por la nave y crucero, además de la preciosa imagen de la Virgen del Socorro en la capilla relicario.


San José Obrero con el Niño, obra de Germán López Mejía



Retablo barroco con el lienzo "El Bautismo de Cristo", pintado por Alonso del Arco







Imagen de la Virgen del Socorro, obra de Germán López Mejía



El precioso Tabernáculo



Sagrado Corazón de Jesús



Inmaculado corazón de María



Los doce Apóstoles se encuentran en hornacinas en la nave central y crucero. (San Andrés), obra de Germán López Mejía




Órgano y la vidriera que ocupa el gran ventanal de la fachada





Capillas


San Francisco de Borja




Cristo de los Mártires



Santísimo Cristo Crucificado



San Francisco Javier



Virgen de Fátima



Inmaculada



Dolorosa



San Ignacio de Loyola



Es curioso las semejanzas que tiene esta iglesia con la Colegiata de San Isidro en Madrid.



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