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martes, 22 de marzo de 2011

Templo de Debod (Madrid)



Salvado de las aguas de la Presa de Asuán, el Templo de Debod se encuentra en la montaña del Príncipe Pío, en lo que fue el solar del Cuartel de la Montaña. Es uno de los poquitos templos egipcios completos que se pueden admirar fuera de Egipto y desde luego, único en España.
Cuando se trasladó a España, se situó de manera que conservase la misma orientación que en su lugar de origen, de este a oeste. Fue desmontado en Egipto y montado de nuevo en Madrid, piedra a piedra, en un trabajo dificilísimo, donde se aprovechó para reconstruir algunas zonas con piedra blanca traída de Salamanca y que era de distinto color a la original del Nilo, esto se hizo así para poder distinguir la parte antigua, de la parte reconstruida.





El Templo de Debod fue un regalo que Egipto hizo a España en el año 1968, en compensación por la ayuda española, tras el llamamiento internacional realizado por la UNESCO para salvar los templos de Nubia, principalmente el de Abu Simbel, en peligro de desaparición debido a la construcción de la presa de Asuán. Egipto donó cuatro de los templos salvados a distintas naciones colaboradoras: Dendur a los Estados Unidos (se encuentra actualmente en el Museo Metropolitano de Nueva York), Ellesiya a Italia, Taffa a Holanda y Debod a España.
Algunos templos se quedaron sepultados para siempre bajo las aguas. En la antigua y primera presa, antes de que se construyera la gran Presa de Asuán, el Templo de Debod estuvo durante nueve meses entre las aguas, pero no bajo ellas, motivo por el que perdió las policromías y relieves, pero antes de la construcción de la gran Presa, nuestro Templo fue salvado y mandado a Madrid desde el puerto de Alejandría.





Se construyó en el siglo IV antes de Cristo y tiene una antigüedad de unos 2200 años por el rey nubio Adijalamani de Meroe hacia 200-180 a. C., dedicado a Amón de Debod. Posee importantes añadidos de época ptolemaica y romano-imperial, por los Césares Augusto y Tiberio, época en que se dedicó a la adoración de Isis.
Actualmente podemos ver dos portales de los tres que tuvo, que marcan el eje monumental de la entrada al templo y que era la vía procesional desde el embarcadero al templo. Como aquí no tiene el río al pié de sus portales donde poner el embarcadero, se construyó un estanque poco profundo, para intentar dotar al Templo de la belleza que le daba el Nilo.























lunes, 28 de febrero de 2011

Puerta de Alcalá (Madrid)



La Puerta de Alcalá es uno de los símbolos más característicos de Madrid y que recibe su nombre por encontrarse en el camino de la vecina Alcalá de Henares. Se encuentra en la Plaza de la Independencia, uno de los espacios más representativos de la ciudad, junto a la puerta principal del parque del Retiro, y muy cerca de otro de los símbolos, la fuente de la Cibeles. El proyecto es de Francesco Sabatini y fue mandada construir por Carlos III. Antes de describirla y para hacernos una idea, hagamos un breve recorrido por su historia.

Para saber la historia del pasado de la puerta, hay que hablar de su antecesora, ya que hubo otra Puerta de Alcalá anterior a la que conocemos actualmente. Se encontraba más cerca de Cibeles y fue construida en el siglo XVII para la entrada en Madrid de la reina Margarita de Austria, esposa de Felipe III. Estaba construída de ladrillo y se formaba por una arco grande y dos pequeños a ambos lados. Sobre el arco central, se superponía otra arcada que cobijaba una estatua de piedra de Nuestra Señora de las Mercedes, mientras que cada uno de los arcos laterales, estaba coronado por una estatua, de San Pedro Nolasco y de la Beata Mariana de Jesús, respectivamente. La puerta se derribó en 1764, tras la entrada en Madrid de Carlos III, al cual no le gustó nada y decidió levantar una nueva.











Aquí el arco central nos enseña una maravillosa vista de Madrid



Aquí el arco central nos muestra la mayor aberración que se haya podido cometer contra la Puerta








Para la nueva Puerta, se presentaron varios proyectos, entre los cuales existían varios de Ventura Rodríguez, pero Carlos III prefirió el proyecto de Sabatini. La puerta está construida de granito y piedra de Colmenar, dentro del estilo neoclásico, al que se le añadieron toques barrocos escultóricos. Es de un solo cuerpo con cinco puertas, siendo los tres centrales en forma de arco de medio punto y cuadrados los dos laterales. En su fachada exterior se adorna con diez columnas de granito sobre zócalo y capiteles semejantes a los que ideara Miguel Ángel para el Capitolio romano y que no llegaron a colocarse. La fachada interior se adorna con pilastras, excepto el arco central que está jalonado por dos columnas como en la fachada opuesta. Las tres claves de los arcos centrales se adornan con cabezas de leones y los dinteles de las dos puertas laterales se adornan con cornucopias cruzadas, obra del escultor Roberto Michel. Sobre el arco central se alza un ático o frontispicio semicircular, coronado en la fachada exterior por un gran escudo de armas de Carlos III que sostienen la Fama y el Genio, obra de Francisco Gutiérrez, al igual que los trofeos militares y las figuras de niños que decoran la parte superior del monumento en la cornisa.
Es curioso un dato que pocos conocen y que para todo el mundo pasa desapercibido ... Las dos caras de la Puerta de Alcalá, son distintas.








La fachada exterior, que es la que mira al este, presenta como hemos comentado columnas adosadas, mientras que la interior, la que mira al oeste, presenta pilastras, y en la parte superior figuran las cuatro virtudes cardinales: La Prudencia, Justicia, Templanza y Fortaleza, todo es obra al igual que las cornucopias, de Francisco Gutiérrez. En el vano, el ático central también es distinto por las dos cara, pero en los dos se encuentra la misma inscripción latina que dice: REGE CAROLO III. ANNO MDCCLXXVIII.










Esto se debe a que había dos proyectos, uno con columnas y otro con pilastras, así que se decidió fundir los dos acabados en uno. También decir que no se hizo la Puerta como un monumentos, sino como una auténtica Puerta de uso, ya que se inauguró existiendo la cerca que delimitaba la ciudad por el oeste y que siguió hasta finales del siglo XIX, existiendo en sus arcos las rejas que se cerraban al atardecer.
Además, en sus piedras existen huellas de la agitada historia del siglo XIX, como las cicatrices de los impactos de los cañones del general Bessières, cuando la expedición francesa de los Cien Mil Hijos de San Luis en apoyo del trono absolutista de Fernando VII en 1823.





Acompaño a mi sombra por la avenida,
mis pasos se pierden entre tanta gente,
busco una puerta, una salida
donde convivan pasado y presente...
De pronto me paro, alguien me observa,
levanto la vista y me encuentro con ella
y ahí está, ahí está, ahí está
viendo pasar el tiempo la Puerta de Alcalá.
Una mañana fría llegó Carlos III con aire insigne
se quitó el sombrero muy lentamente
bajó de su caballo con voz profunda
le dijo a su lacayo: ahí está la Puerta de Alcalá
ahí está, ahí está viendo pasar el tiempo
la Puerta de Alcalá

Lanceros con casaca, monarcas de otras tierras,
fanfarrones que llegan inventando la guerra,
milicias que resisten bajo el "no pasarán"
y el sueño eterno como viene se va
y ahí está, ahí está viendo pasar el tiempo
la Puerta de Alcalá.

Todos los tiranos se abrazan como hermanos,
exhibiendo a las gentes sus calvas indecentes,
manadas de mangantes, doscientos estudiantes
inician la revuelta son los años sesenta
ahí está, ahí está viendo pasar el tiempo
la Puerta de Alcalá

Un travestí perdido, un guardia pendenciero,
pelos colorados, chinchetas en los cueros,
rockeros insurgentes, modernos complacientes,
poetas y colgados, aires de libertad
ahí está, ahí está viendo pasar el tiempo
la Puerta de Alcalá

La miro de frente y me pierdo en sus ojos,
sus arcos me vigilan, su sombra me acompaña,
no intento esconderme, nadie la engaña,
toda la vida pasa por su mirada
Miralá, míralá, miralá, míralá,
la Puerta de Alcalá
Miralá, míralá, miralá, míralá,
la Puerta de Alcalá.


..........................................................................................................Ana Belén



viernes, 28 de enero de 2011

Atardecer en el pantano



Aunque pueda parecer algún paisaje escandinavo, es el pantano de San Juan en Madrid.

miércoles, 19 de enero de 2011

lunes, 10 de enero de 2011

La silueta del ingenio



Fotografía hecha en la plaza de las Cortes en Madrid. Es la silueta de la estatua de Cervantes con un edificio de seguros iluminado de fondo.

viernes, 31 de diciembre de 2010

Puerta del Sol (Madrid)



La Puerta del Sol de Madrid, fue la única plaza de la ciudad, sin nombre de plaza, o por lo menos así fue durante siglos. Tendríamos que remontarnos hasta la época medieval para ver el nacimiento de este lugar, momento en que se empezaron a instalar en las afueras de la ciudad, las primeras tribus prerromanas de los carpetanos. Este poblado inicial llamado Magerit, datan de la época de la invasión de los moros que se establecieron en la fortificación amurallada que defendía la población. Durante la ocupación árabe, existía una puerta de la muralla que miraba hacia Oriente y también pudo existir en ese lugar un castillo con un sol pintado encima del arco de su puerta principal. De una forma o de otra, el nombre de Puerta del Sol, permanecería desde entonces hasta nuestros días. Este arrabal que se encontraba en las afueras de la villa, llegó a ser una de las zonas más pobladas, zona que terminaba justo en donde hoy se encuentra nuestra plaza. Pero fue en 1539 cuando fue construida una nueva puerta para sustituir a la antigua y de la que tenemos la primera descripción. Ni era monumental ni de paso, más bien de carácter defensivo, construida de ladrillo y cal, y en lo alto, rematada por seis almenas. Pero era tal el crecimiento de la ciudad y el paso que soportaba la puerta, que pronto tuvo que ser demolida, momento en que se empezaron a construir los primeros edificios monumentales que existieron en el lugar.





El primero fue el Real Hospital de la Corte y la iglesia del Buen Suceso. Esta iglesia ocupaba el solar que existe entre la calle Alcalá y la Carrera de San Jerónimo y tuvo una gran relevancia durante siglos.

Aquí podemos ver que la Puerta del Sol era una calle que se ensanchaba y al fondo la iglesia del Buen Suceso



Por esta misma época y casi a la par, se construye el convento de San Felipe el Real, con la famosa lonja, auténtico mentidero de Madrid, donde se inventaban las noticias y bulos que recorrerían el país y que fue conocida como las Gradas de San Felipe. El monasterio tenía un precioso claustro obra de Francisco de Mora y se encontraba en la calle Mayor, esquina a Esparteros.

Iglesia y convento de San Felipe el Real. Fundado en 1547 y demolido en 1838 por aplicación de las leyes desamortizadoras. Las gradas de San Felipe fueron lugar de encuentro de todos los desocupados de la Villa y Corte, el más popular de sus mentideros. Ilustración litográfica de J. Cebrián y dibujo de J. Avrial.



El tercer edificio en aparecer en la zona, fue el convento de Nuestra Señora de la Victoria, entre las calles Victoria, Cruz, Cádiz y Carretas, teniendo su entrada principal en lo que hoy es el comienzo de la calle Espoz y Mina, que en aquel entonces no existía. Esta iglesia albergaba en su interior una imagen muy venerada en Madrid de Nuestra Señora de la Soledad, obra de Gaspar Becerra y que desapareció para siempre en 1936. Salía en procesión todos los Viernes Santos con más de dos mil quinientos penitentes.

Iglesia y convento de la Victoria y capilla de la Soledad, según dibujo y litografía de E. Lettre


Sucesos del 2 de mayo de 1808 en la Puerta del Sol. Al fondo podemos ver la Iglesia del Buen Suceso y la iglesia de la Victoria a su derecha


Durante casi tres siglos, la plaza fue el punto central de la ciudad, disputándose siempre con la Plaza Mayor, que la superaba en espacio regular y organizado, en estética y lugar simbólico. Pero nuestra Puerta del Sol fue el núcleo de máxima actividad vital y lugar principal de todas las efemérides cortesanas y religiosas.

En el siglo XVII la Puerta del Sol ya es centro indiscutible de la Villa, además de ser el sitio más concurrido de la Corte. Gentes de toda condición social pasaban alrededor de la fuente que había frente al Buen Suceso. En los primeros años de aquel siglo se construyó una muy modesta, pero pronto la municipalidad edificó una nueva: la conocida popularmente por "la Mariblanca". Rodeada de un pilón circular y sobre un pedestal octógono, se levantó, airosa, la fuente más popular de Madrid.

El ambiente alrededor de la fuente de la Mariblanca. Aguadores, clérigos, damiselas... captado, hacia 1833, por el artista y viajero inglés John Lewis.




El último de los grandes edificios monumentales construidos en la plaza, fue la Real Casa de Correos, al que le acabamos de dedicar un artículo y que actualmente es el edificio más antiguo de toda la Puerta del Sol.

Real Casa de Correos, antigua sede del Ministerio del Interior y Dirección General de Seguridad del Estado en la época franquista. Remata el edificio el torreón que alberga el famoso reloj de Losada.






A partir de la política urbana de José I y la Desamortización de Mendizabal en 1836, la plaza se reformaría y ampliaría y sería el fin de los grandes edificios monumentales que existieron. Primero se derribaron los conventos, con sus iglesias de San Felipe el Real y de Nuestra Señora de la Victoria, como consecuencia de la aplicación de las leyes desamortizadoras. En el solar que dejara San Felipe, se levantó la Casa Cordero. En el solar de Nuestra Señora de la Victoria se proyectó el primer tramo de la calle Espoz y Mina y el ensanche de la calle Victoria y más tarde el pasaje Matheu. También fue trasladada la fuente de la Mariblanca a la plaza de las Descalzas Reales. La gran reforma decimonónica se encargó de derribar el Hospital y la iglesia del Buen Suceso, junto con las embocaduras de las calles Mayor, Arenal, Preciados, Carmen, Montera, Alcalá y Carrera de San Jerónimo, construyéndose las casas en forma semicircular que dieron forma a la actual Puerta del Sol. Los alzados de las actuales fachadas, consiguen dar un aspecto armónico a toda la plaza. Se componen de cinco plantas y ático, la planta baja y el entresuelo con función comercial. Una balaustrada corrida sobre la cornisa pone digno remate a todo el conjunto. El 24 de junio de 1860, se inauguró una fuente que consistía en un extenso pero poco profundo pilón circular, adosado a otros dos más pequeños semicirculares. En el centro un surtidor con juegos de aguas, con el que se hacía alarde de la presión del canal del Lozoya: un chorro de quince centímetros de diámetro se elevaba a más de treinta metros de altura y que solo corría en algunas fechas señaladas y durante poco tiempo porque según decía Fernández de los Rios, pasados cinco minutos toda la plaza se convertía en pilón. Esta fuente antes que aquí, estuvo en la calle de San Bernardo para la inauguración del Canal de Isabel II y el pilón fue trasladado después a la glorieta de Cuatro Caminos. Actualmente el surtidor interior original se encuentra en medio del estanque del Palacio de Cristal en el Parque del Retiro y el pilón en la entrada de la Casa de Campo, muy cerca del Puente del Rey y frente a la Casa de los Vargas.

Puerta del Sol hacia 1864, con el surtidor de 30 metros de altura


Más tarde vinieron otros vecinos que han llegado a ser símbolo madrileño: El Oso y el Madroño y el Kilómetro 0, una placa en el suelo que nos recuerda que de aquí parten todas las carreteras radiales de España y en donde se han dado cita millones de personas.
La estatua ecuestre de Carlos III y una réplica de la Mariblanca que volvió a habitar la plaza desde hace poco tiempo.

La nueva placa del Kilómetro 0, lugar donde nacen todas las carreteras radiales de España



El Oso y el Madroño, símbolo de la ciudad de Madrid



Réplica actual de la Mariblanca que se encuentra ubicada en la plaza



Estatua ecuestre de Carlos III




Tantos hechos históricos han pasado en esta plaza, que no tendríamos espacio en este post para describirlos todos, así que mejor dejemos ese capítulo para otro momento en que podamos ir describiendo uno a uno en otros artículos.

La Puerta del Sol, es una encrucijada que enlaza por un lado, Los Jerónimos y el camino de Alcalá con el antiguo núcleo del Alcázar y la Plaza Mayor y por otro, une el sector meridional, a través de las calles de Carretas y de la Cruz, con los dos importantes caminos de Hortaleza y del Alto Fuencarral. Un carácter de encrucijada que aún conserva como fundamental y que se encuentra reflejado tanto en la densidad de tránsito rodado que soporta, como en la confluencia de terminales de líneas de transportes.

La Puerta del Sol siempre ha sido y será el verdadero centro de Madrid, pero por alguna extraña circunstancia, a pesar de haber sido el centro de la vida social durante siglos, en la actualidad y a pesar de seguir siendo el centro neurálgico, no es un sitio donde la gente vaya a estar, o a pasear. Aunque hay una fecha inequívoca, donde es el sitio de reunión para millones de españoles, el 31 de diciembre a las doce de la noche frente al reloj de Gobernación.









La Puerta del Sol es un sitio de paso, donde los habitantes de la gran urbe pasan a toda prisa de un lado para otro, camino de grandes almacenes o para hacer uso del transporte público. No tiene el encanto que pueda tener la Plaza Mayor, su vecina y eterna plaza rival. Pero cuando alguien piensa en el centro de Madrid, siempre la respuesta será La Puerta del Sol.

Veamos unas fotografías de distintas épocas de la Puerta del Sol: