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martes, 8 de febrero de 2011

Iglesia del Salvador (Toledo)



La iglesia del Salvador puede considerarse la más antigua de la ciudad y la segunda en importancia, pues se convirtió en mezquita aljama tras la consagración como iglesia de la mezquita mayor en el solar de la actual catedral en el año 1085, tras la conquista de Toledo por Alfonso VI.




Posteriormente en el siglo XI se construye una nave para ampliar el espacio por haberse convertido en mezquita principal. En 1950 esta arquería de arcos de herradura que apoyan sobre 6 capiteles romanos reaprovechados y una pilastra visigoda, fue reconstruida sobre los arcos originales de los extremos.







La pilastra visigoda, es una de las piezas más antiguas en las que aparecen representadas 4 escenas de la vida de Cristo.




Se data en 1159 por intervención de la esposa de Alfonso VII, doña Berenguela. Un incendio a finales de la Edad Media obliga a su reconstrucción. Los siglos de la Edad Moderna aportan nuevas imágenes de devoción al tiempo que castigan el inmueble con incendios, saqueos y desamortizaciones. En época barroca se añadió la terminación de la torre y se procedió al enfoscado de la base de la misma, ocultando los restos visigóticos que hoy están liberados.





El pequeño retablo de mediados del siglo XVI, obra de Nicolás de Vergara el Viejo y Bautista Vázquez, que en las últimas décadas presidió la Sinagoga de Santa María la Blanca, se encuentra en la Capilla Mayor.







Las imágenes propiedad de la Cofradía del Calvario: el Cristo de la Fe del siglo XVII y la Virgen del Rosario, talla de vestir del siglo XVIII, restaurada en el XX, junto con otras esculturas barrocas, se encuentras en la nave central y la nave de la epístola.












El patio está situado en la cabecera del ábside, mediante una arquería, compuesta por tres columnas con capiteles romanos y visigodo, que sustentan cuatro arcos de herradura, en ladrillo, enmarcados por alfices y rematados por una cornisa de canecillos, similar a la de la mezquita del Cristo de la Luz. En el suelo, sobre el estrato anterior romano tardío, se aprecian dos estructuras más antiguas, una almagra y un muro de cierre de los siglos IX-X, similares a una musalla, o elemento para delimitar un espacio sagrado, o una zona de respeto en torno a la mezquita. Siendo iglesia, desde 1180 se convierte en cementerio, en el que se han localizado algunos ajuares, hasta fines del XIV en que se sella con cal y guijarros y se construye el aljibe.







La iglesia contiene la capilla de Santa Catalina, que es propiedad de los Condes de Cedillo, por bula del Papa Alejandro VI de 1496. En ella fue bautizada la infanta Juana de Castilla, nacida en las proximidades de la plaza. Entre las obras de arte que custodia destaca el magnífico retablo y la pintura del Calvario del toledano Correa del Vivar con elegantes figuras, blando modelado y color tornasolado, influido por el dibujo minucioso de su maestro Juan de Borgoña, el sentido monumental de Rafael y Leonardo, el dramatismo de Morales y el manierismo de Alonso Berruguete. Esta capilla solo se abre un día al año y al ser privada no tuve ocasión de fotografiar.

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